Si el Estado español es económicamente inasumible, salvo en momentos de opulencia como los vividos con la burbuja inmobiliaria, se debe fundamentalmente a la compleja estructura política diseñada para acoger a una clase política desproporcionada en número y privilegios (no es una opinión, (los datos son claros). No existe ni una sola voz autorizada que mantenga que existe un número excesivo de empleados públicos. Pues bien, si esto es así, ¿cómo se explica que mientras las medidas destinadas a aligerar esa estructura política sean casi inexistentes, las dirigidas a reducir el número de empleados sean tan radicales?
Desde mi punto de vista, la explicación es clara: el ajuste va dirigido, no ha conseguir una Administración más eficiente, sino única y exclusivamente a mantener el surrealista entramado de cargos públicos de carácter político.
El ejemplo más claro se pone de manifiesto en la regulación que de los EReS en la Administración se realiza en la reciente reforma laboral.